Muchas empresas se encuentran actualmente en esta tesitura. Han luchado a brazo partido por mantenerse en el mercado, han conseguido ser más competitivas pero pocas se han re-inventado. El foco ha estado puesto en la reducción de costes y la exportación. Y ahora que parece que el temporal amaina parece que llega una “calma chicha” llena de incertidumbres. ¿Puede mantenerse mi ventaja competitiva en el medio plazo?

No podemos despistarnos porque la situación dista mucho de ser “una fiesta” pero es hora de hacer balance y analizar qué es lo que hemos hecho y plantearnos qué es lo que queremos hacer a partir de ahora y cómo.

Y no se trata de divagar e irnos por las ramas. Todo debe ser muy concreto: preguntas, respuestas, planes, hitos y presupuestos. No intentéis abarcar el proyecto como un todo, porque os atragantaréis.

Empezad por analizar vuestro modelo de negocio actual. La metodología de Lienzo de Negocio puede ayudaros; su éxito radica en la simplicidad y aporta la estructura necesaria para no perderse.

A continuación analizad si vuestra propuesta de valor es la que vuestros clientes esperan. ¿Encaja el mapa de valor con el perfil de cliente? ¿Cómo afecta la propuesta de valor al modelo de negocio?

Con la propuesta de valor definida y habiendo redefinido el modelo de negocio si fuera necesario, ya tendréis una foto clara de hacia dónde vais. El siguiente paso será clarificar el cómo: cómo hacemos para llegar a donde queremos ir; es decir, pasar de la estrategia a la táctica. Y no vale con definir un plan y un conjunto de actuaciones…es fundamental asignar un presupuesto porque un plan sin presupuesto, es aire. ¿Podemos abordarlo? ¿Vamos a necesitar financiación externa?

Generalmente agosto y Navidades son periodos propicios para la reflexión. Uno desconecta, toma distancia y gana perspectiva. Utilizad esa palanca para abordar los cambios que vuestra empresa necesita.