Constantemente surgen nuevas metodologías de trabajo que supuestamente van a ser la panacea a nuestros problemas de costes, de productividad, eficiencia, de estrategia…Generalmente, nos las venden en inglés y así nos facturan más caro pero lo cierto, es que cuando las analizas en profundidad y las aplicas, no siente uno que  aporten nada radicalmente nuevo si uno dispone de un buen sentido común.

Y con la afirmación anterior no estoy diciendo que no haya que conocerlas o aplicarlas…no. Lo que digo que es “hay que separar el grano de la paja” para utilizar aquello que nos es útil. Muchas veces, nuestro falta de conocimiento o nuestra inercia a no cambiar nos pueden hacer descartar metodologías muy válidas porque nos ponen en una situación incómodas de “no control”.  Esto no es “separar el grano de la paja”;  esto es miedo a salir de nuestra zona de confort.

Hemos hecho referencia al sentido común. ¿Y qué es tener un buen sentido común en una empresa? Dejo ahí la pregunta y abro el debate. Para mí es un mix del conocimiento que uno ha adquirido con los años, conocimiento de la empresa y del entorno en el que opera, de distancia, para poder observar con ojos críticos y todo ello “aterrizarlo” a la realidad de la empresa. Si tuviéramos que ponerlo en forma de receta sería:

[cabeza bien amueblada + distancia] + aterrizaje

 Y pongo “cabeza bien amueblada + distancia” en un pack porque para mí es un tándem que va unido. No he conocido a nadie que teniendo una cabeza bien amueblada no incorporara la distancia en su ADN para discernir y estructurar ideas y conceptos.

Si la receta indicada, la trasladamos al mundo empresarial, ¿con qué nos encontramos?

  • Claridad de las fortalezas y debilidades como empresa y de las oportunidades y amenazas del mercado para desarrollar una estrategia ganadora con una propuesta de valor diferencial.
  • Planes de acción claros y concretos que responden a dicha estrategia
  • Procesos “limpios” de actividades que no aportan valor y habilidad para cambiarlos si el modelo de negocio así lo requiere, con indicadores de rendimiento
  • Informes corporativos y operativos seguidos con periodicidad

Si para ello nos hemos beneficiado del Business Model Operation, hemos tomado parte de la metodología Lean Production y Balance Score Card y para los proyectos utilizamos metodología GDT, está perfecto. Se trata de utilizar aquellas herramientas que facilitan y favorecen los cuatros puntos anteriores y sin perder nunca de vista que las metodologías están al servicio de la organización y no la organización al servicio de las metodologías.