¿De dónde eres? – le pregunta María a Juan. Soy ciudadano del mundo – responde Juan. María se queda mirando a Juan perpleja…con un Sevilla, Barcelona o Pamplona, María hubiera quedado más que satisfecha. Bien…pues con esa misma perplejidad me miran a mí cada vez que comento que hago Consultoría de Negocio.

Clarifiquemos. Un consultor de negocio es un profesional experto que presta servicios las empresas en base a su conocimiento de gestión de una empresa (ya sea en ámbito económico, financiero o técnico) y el posicionamiento estratégico de la misma.  ¿Qué servicios? La triple A: Asesoramiento, Acompañamiento & Apoyo.

La consultoría de negocio se caracteriza por ser generalista en el sentido que “toca” ámbitos bien distintos dentro de una empresa, aporta objetividad viendo cosas que el empresario o el director de una determinada área no ve debido a su grado de implicación, y su experiencia con distintos clientes contribuye a proporcionar soluciones relevantes, que marcan claramente un antes y un después.

Pero la consultoría de negocio aun siendo generalista también puede ser especializada si se focaliza en un determinado sector empresarial o industrial.

Hasta la fecha, la consultoría de negocio ha sido vista como un aliado en multinacionales y empresas de gran tamaño y una panda de “vende humos” de poca aplicación para pymes.  ¿Y por qué ha sucedido esto? ¿Por qué un servicio resulta de gran valor añadido para unos y no para otros?

Cuando la solución es relevante, inteligente y con valor y la comunicación es la adecuada, el consultor se convierte en tu socio, independientemente del tamaño que tenga la empresa.

Muchas veces para e se recurre al símil del consultor de negocio como el entrenador personal de un gimnasio. Cuando uno está en baja forma, o aún estando en buena forma quiere mejorar su forma física, o quiere trabajar áreas concretas (mejorar la resistencia, o ganar músculo…) acude a un gimnasio donde el entrenador, de acuerdo a sus necesidades y su naturaleza, fija un plan de acción y lo programa en el tiempo. Con cierta periodicidad, el entrenador hace un seguimiento para ver cómo progresa el cliente y evalúa si es necesario cambiar los ejercicios para alcanzar los objetivos.

De manera análoga actúa un consultor de negocio con la empresa que solicita sus servicios: cuando la empresa va bien y quiere cambiar la escala del negocio, cuando necesita acceder a nuevos mercados, cuando no tiene claro cuál debe ser su modelo de negocio y su manera de crear valor para diferenciarse de la competencia, cuando no sabe cómo alcanzar sus objetivos y evaluar su progresión, cuando ve que cada vez es menos competitivo pero desconoce el origen del problema…y así seguiríamos con una lista interminable.